Su carcajada brotaba en todas direcciones, y
perdía la noción de sí mismo, sus brazos pendían inmóviles al principio y se
alzaban luego, a medio camino entre su cara y se volvían a detener, indecisos.
A
veces reía tanto que llegaba a llorar. Y cuando esto sucedía, pareciera que sus
lágrimas flotasen a su alrededor sin gravedad, mecidas por el aire que escapaba
de sus dientes, cómo me acuerdo, lo puedo ver frente a mí. Su pelo ondea despacio, siguiendo esos espasmos rígidos.
Algunas lágrimas escapan furtivas primero, con furia después, empapando sus
mejillas. Y sus manos van, apuradas, presurosas, en un descuidado descontrol, a
secar aquellas lágrimas, con tan mal tino que las extienden por todo su rostro;
y aprovechan el momento los poros de su piel que las beben, ávidos, reteniendo
el sabor a sal y vida. Y de cuando en cuando sus párpados retornan a su apertura
natural, en esos momentos de tregua que la risa le otorga para recobrar el
aliento.
Bueno, y después... después poco a poco el clímax termina, la risa se torna rítmica y regular, cada vez
más escasa, repartida en intervalos más y más prolongados que finalizan en
suspiros; y el envés de su dedo índice sigue repetidas veces la curva de su párpado inferior, de dentro a fuera. Pero sus lágrimas brotan ahora como un
manantial manso, constante, cálidas y espesas, descienden despacio hasta la
barbilla que sus mangas empapadas intentan en vano secar. Y a veces, aun cuando
todo ha terminado, escapan de sus labios quedas explosiones incontroladas, cuyo
eco reverbera en el vacío lleno de paz que se había formado.
Otras veces, sin
embargo, esos despojos, esos hermosos residuos
se perpetúan en silencio hasta el infinito, en una sonrisa que no quiere dejar
de serlo, con los labios curvados gradualmente hasta alcanzar la altura
perfecta. Que me muera ahora mismo si no se me aviva el alma cada vez que lo
veo reír. Y cómo se ruboriza, cómo se alboroza, y cómo ríe, cómo ríes y cómo tu
risa me revive. Cuánto de ti podría saberse, podría decirse, con sólo verte
reír.
(Foto: Estocolmo, diciembre 2012)
1 comentario:
Joder Pilar... Ya no sé que decirte salvo que increíble :3
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