No extraño. Nada. No
extraño a nadie, soy insensible y me deslizo por los cambios, por los campos,
por los cuentos, por los caminos, por los cimientos, por los cientos de almas
que se entrecruzan y me atraviesan y se dejan a duras penas atravesar por mí.
Me extraña. Encontrar
mi reflejo en los cristales, tras las esquinas. Me aproximo ávida y se acercan
mirándome curiosos, incluso también ávidos me atrevería a decir… pero cada uno
de nosotros navega en la cresta de su propia ola y es muy difícil, tan difícil,
casi imposible no dejarse llevar. Y darte cuenta de que navegáis juntos pero
los pierdes en el mar.
Un extraño. Ando
buscando un extraño. Un amigo. Un imposible, una utopía que en estos momentos
esboce en el teclado algo parecido a lo que yo escribo, que luego suba al
tejado a morir de frio y descubra a lo lejos mi silueta recortada por el sol. Y
se pregunte “¿será ella?”, y entorne los ojos tratando de distinguir mi cara
rodeada de nubes doradas.
Voy a colocarme. Voy a
abrigarme y a subir al tejado también. Explorar mis nuevos dominios, buscar
siluetas en lo alto, recorrer la puesta de sol con ojos empañados y hablar del
invierno como de una leyenda que nunca llegará.
Es extraño. Es una sensación
nueva y aún hay que decidir si me agrada o me aterra. Es no saber si estás perdido… o si te acabas de
encontrar.
5 comentarios:
Me gusta: la incertidumbre del cambio necesario, la vida que se presenta vacía y llena, eso que llamamos nuevo y en el fondo es sólo vida. Rectifico: me encanta.
Muchas gracias =) También se echa de menos que actualices!
Y yo sin visitar el Soho... Fíjate lo que se encuentra uno al volver de vacaciones! (tecnológicas claro) ^^
Buena entrada chiqui ^^ me gusta tu forma de escribir. Un abrazo!
LOVE
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