17 de abril de 2010

Nota a Bécqer:

Hoy han vuelto las golondrinas.


Y han cambiado el color del cielo. Las Tardes Grises son ahora añiles.

Y tus viejos versos de alas negras sobrevuelan la ciudad. Comprueban que todo está en orden, navegan entre las frías nubes. Son los heraldos del cambio.

“Ya falta poco”, parecen decir, “traemos buenas nuevas del sol…”

8 de abril de 2010

Habría que pensar en esto

La televisión es el instrumento de control de masas por excelencia. Ahora piensas: “Uuf, anda que no habré leído yo veces esta frase…”

Pues atento: de cada diez personas que lean esto, sólo una se habrá parado alguna vez a meditarlo detenidamente. Piénsalo: un instrumento de control. Es perfecta para llevar a los borregos a un mismo redil, sin ovejas desbocadas que piensen más de lo necesario. Publicidad, sensacionalismo; son las dos claves del control. Modas, éxito, felicidad: lo que más nos toca. Nos tienen atados.

En televisión, casi (y digo casi) todo lleva a una sola cosa: no pensar. Apaga la tele un minuto, detente en la frase que abre este artículo, piensa en ella. Quizá tengas suerte, y seas una de esas personas que prefieren un buen libro a una hora de Caja Tonta (¡qué gran nombre!).

Me resulta incomprensible cómo alguien puede pasarse horas y horas frente a esa pantalla, tragándolo todo sin moderación, sin pensar si esta noticia es relevante, o en qué valores se está educando a mi sociedad, o si voy a sacar algo bueno de ver este programa… Sería en verdad genial que la gente tuviese inquietudes, ideas propias, afición por la lectura, gusto de aprender por aprender… Disculpad, ya vuelvo a soñar despierta... me voy a ver Gran Hermano, a ver si se me pasa.